Y que viva la revolución...

Lisandro Aristimuño en Niceto Club 14.8

... de los pibes del interior que se vienen a la gran ciudad con su guitarra y una mochila llena de esperanzas. De los que de a poco se van ganando un lugar en la sectaria escena de Buenos Aires a base de lindas canciones. De los que graban sus discos en pequeños sellos independientes y salen al ruedo. De los que no se encasillan y hacen su pequeño aporte a la cultura desde radios pequeñas pero llenas de actitud como La Tribu. De los que siguen creyendo y demostrando que el boca en boca es mucho mas fuerte e interesante que tener un tema sonando en la radio gracias a alguna multinacional que paga el espacio. De los que se hicieron de abajo y hoy agotan las entradas de Niceto días antes sin casi publicitarse. De los nuevos valores que no necesitan una campaña millonaria de marketing, el auspicio de una compañía de celulares o colgar un brazalete seudo nazi en el obelisco para que nos acordemos que todavía están vivos. Si señores, viva la revolución de los que logran todo esto y más solo con talento. Viva la revolución de Lisandro Aristimuño…



Parece extraño, pero tal vez no lo sea tanto. ¿Podrimos echarle la culpa a la casualidad que a la mayoría de mis ultimas novias les gustara lo que hace Aristimuño, a pesar de la enorme diferencia de gustos y maneras de ser que existía entre cada una de ellas? ¿O es que lo que hace Lisandro es tan particular que puede gustarles a unos u a otros sin importar ideología, edades o preferencias musicales? Yo no tengo la respuesta, pero tal vez el misterio no este tan oculto y solo haya que escuchar sus discos una y otra vez para entenderlo.
Quien no lo conozca y se encuentre con su nombre por primera vez en esta crónica, sepa que según su My Space, Aristimuño define su estilo como Indie, rubro con un matiz de variantes tan amplias que es difícil imaginar para que lado va sin una descripción mas amplia. Yo diría que lo suyo tiene un poco de folk, algo de pop con un dejo de rock, con pistas electrónicas que se meten una y otra vez sin pedir permiso, siempre mezclándose con las guitarras, el violoncello, y las percusiones que integran sus temas. Son canciones íntimas, mínimas, simples pero detallistas, con tonos que suben y bajan, llenas de colores y de sensaciones de todo tipo que las vuelven redondas y cálidas.

 

La noche del 14 de agosto no fue la excepción y una vez mas Niceto estaba lleno al límite. El cartel de “no hay más localidades” estaba pegado desde hacia unos cuantos días en la boletería, algo que se esta transformando en una sana costumbre. Aristimuño junto con los Azules Turquesas, la banda que lo acompaña en estos shows grandes, piso las tablas alrededor de las diez de la noche para recién bajarse dos horas después con el saber del deber cumplido. La noche arrancó bien abajo, en lo que refiere a climas, pero de a poco fue subiendo y subiendo. Fueron constantes los cuelgues con pistas sonando en repeat y la banda, junto al cantante, improvisando, o haciendo que, sobre ellas. Hubo baile (arriba y abajo del escenario), hubo zapateo, sonrisas, melancolía y sensibilidad por doquier. En esta ocasión tuvimos a un Aristimuño mucho más inquieto que de costumbre, que no podía dejar de disimular su alegría danzando y moviéndose por la escena con desparpajo. La libertad que trasmitian era tal que hasta se dieron el gusto de dejarle, casi como al pasar, un guiño a Bob Marley. También hay que hacer una mención a las proyecciones que hacían de escenografía, que con esas imágenes de cielos, caminos o de elementos abstractos fueron un plus que sumaron a la hora del recuento final de emociones vividas. En el repertorio incluyeron temas de todos sus discos editados hasta el momento, pasando por alto y dejándonos con ganas de oír algunas de “Las crónicas del viento”, su nuevo cd que sale a fin de mes.

 

Hace unos años, los bares le quedaron chicos, después ya fue La Trastienda la que no alcanzaba y ahora Niceto corrió la misma suerte. ¿Cuál será el próximo lugar que se quede sin localidades gracias a la magia de Aristimuño?. Nadie lo sabe, pero el techo, por lo que vemos, esta muy pero muy alto y la verdad da placer, que así sea.

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Las fotos fueron sacadas por nuestro Eze B y el video pertenece a este usuario de youtube.