Si hay algo que disfruto es que una canción me llene de melancolía, me deje la sensación de añorar cosas que no existen y que, si son reales, están muy lejos. Por eso cuando el disco de Alaska in Winter “Dance Party in the Balkans” llego a mis oídos lo ame instantáneamente. La primera vez que lo escuche fue en una especie de Tower Records de 300 pisos en Berlín, un lugar genial donde podías escuchar cualquier disco con solo apoyarlo en una maquina (No voy a contar la cantidad de veces que tuve que intentarlo para que me funcionara). Debido al precio no lo compre, pero luego gracias a este divino blog pude bajármelo y así fue como musicalizo casi toda mi estadía en Londres.
Para ese momento yo vivía en Bricklane, en el este de Londres, un barrio que te moviliza en todos los aspectos, lleno de arte en las calles, ropa vintage en las vidrieras, bandas tocando en las esquinas, pubs, agencias de diseño, etc. Y cuando me entere que Alaska iba a tocar a solo 4 cuadras de mi casa, en un lugar que se llamaba 93 Feet East, no lo podía creer.
Ya faltaba poco para irme de esa ciudad y que más podía querer yo que ir a verlos.
Por lo que había leído era un proyecto solitario de un pibe de escasos 20 años llamado Brandon Bethancourt, donde Colaboraba Zach Condon de Beirut y Heather Trost de A Hawk and a Hawksaw. Ambas bandas jóvenes con un estilo musical determinado, muy instrumental y ensoñador y que también me gustaban mucho.
Y fue así, que un miércoles a las 10 de la noche entramos al bar y esperamos con mucha ansiedad. En 93 Feet East no había mucha gente, por lo que yo pensé, la fecha no había tenido mucha promoción y aparte había muchas bandas grosas tocando en Londres ese mismo día. Creo que la mayoría de la gente que estaba ahí no tenia idea de lo que iba a pasar y solo había ido a tomar, como pasa en casi todos los pubs ingleses.
Nunca espere yo que Brandon saliera solo a un escenario vació, donde solo había un micrófono y una pantalla de proyecciones atrás. Vestido con un traje blanco y un gorro de piel, saludo a la gente, tomo el micrófono y…apretó play.
Detrás de el, el titulo de su primera canción y a continuación comenzó la proyección, que consistía, para sorpresa mía, en un video donde se lo veía a el tocando diferentes instrumentos a medida que aparecían en el tema. Cada instrumento, era un personaje diferente que el encarnaba, el guitarrista estrella, el baterista loco, el violinista compenetrado, hasta la corista…era el, disfrazado de mujer, obviamente. En todas las imágenes tenia la misma ropa, el traje y el sombrero, pero en diferentes posiciones, en el caso de la corista por ejemplo, se ponía la remera como un manto blanco que le daba un aire misterioso y con el maquillaje, de una mujer real sin duda. No olvidemos mencionar que las facciones de Brandon son muy bellas y por lo tanto podía darse el lujo de hacer algo así sin terminar pareciendo un trava de Constitución.
La banda, era EL. Su voz distorsionada por el vocoder no te daba bronca ni te hacia pensar, “ehh, loco, así cualquiera” como te pasa la mayoría de las veces que escuchas a alguien utilizar este efecto, sino que te hipnotizaba, como así también lo hacen sus melodías de países lejanos, con reminiscencias árabes y vestigios de añoranza.
Por lo que supe después, Brandon Bethancourt, de Nueva México, EEUU, estudiaba arte y música desde muy joven y era amigo de Zach, un día decidió irse a Alaska unos meses y en la soledad de estar rodeado por hielo y frió lo único que pudo hacer fue grabar canciones llenas de melancolía, que el mismo escribió, canto y luego termino de grabar cuando volvió a los EEUU y llamo a sus amigos. Capaz que al pibe le re funciona el cerebro, o bueno, eso pensaba yo mientras lo veías enfrentando a un publico disímil lleno de giles en pedo que no entiendan absolutamente nada de lo que estaba sucediendo.
A medida que pasaba las canciones, también lo hacían los videos. Tenia todo tan perfectamente sincronizado que en vivo, se iba sacando una prenda y así también sucedía en la proyección. En el momento en que bajo sus pantalones, temimos presenciar un striptease, pero para desgracia nuestra, tenia un pantalón rojo abajo, el cual automáticamente vistió toda su “banda”. A veces debo decir que resultaba muy gracioso, porque el mismo hacia caras y movimientos en el video que resultaban muy divertidos y te hacían reir. Extrañamente lo que yo pensaba que iba a ser un recital bastante sensible y melancólico, se convirtió en algo novedoso, divertido y admirable.
Así fue como “toco” y canto todo su disco, la gente asombrada en un principio, luego aplaudía enfervorizada. Porque entendían que hay que tener el coraje, para proponer un recital en vivo de estas características, para que no te importen los borrachos, para decir, “Ok, esto hago yo y se los quiero mostrar así, y realmente no me importa. Me rió de mi mismo y grabo un disco de la puta madre solo y mi banda esta en video”. Bueno, por lo menos eso pensé yo que le pasaba por la mente a el.
Cuando terminó al recital a la hora, la gente le pedía más. El, divertido pero con vergüenza, solo podía decir que ya no tenia mas temas. Había tocado todo su disco, conformado por 13 temas hermosos. La gente, incluidos unos borrachos en el fondo gritaban por un bis. Por lo cual Brandon dijo que lo único que podía hacer era cantar un tema de nuevo. La gente dijo si, Y así fue como volvió a sonar “The Homeless and The Hummingbirds” nuevamente. La banda igual, solo bastaba apretar play.
Cuando termino el recital, Brandon bajo a hablar con el publico, tenia un par de fans y groupies dispuestas a todo. Con mi amiga solo lo mirábamos de lejos, nos daba vergüenza ir a decirle que lo amábamos y aparte temimos que fuera gay.
Nos acercamos al puesto de merchandising y rogué por una calcomanía free. La cual conseguí tras varios minutos de explicarle que era de Argentina y el pound son 7 veces un peso y etc.
Me fui feliz porque realmente no tenés la chance de ver algo así todos los días, y aunque cuando escuchas el disco pensas que seria hermoso ver una banda completa tocando esos temas, entendes que a veces el cerebro (y la presencia) de una sola persona es suficiente para hacerte viajar por el mundo con una canción.
Fotos: aca (son de Paris, pero no cambia mucho viendo lo que fue el show)
[Página oficial // Myspace // Alaska in winter en STAY FREE]
Cronista: Romina Fernandez. [flickr // last.fm]
Para ese momento yo vivía en Bricklane, en el este de Londres, un barrio que te moviliza en todos los aspectos, lleno de arte en las calles, ropa vintage en las vidrieras, bandas tocando en las esquinas, pubs, agencias de diseño, etc. Y cuando me entere que Alaska iba a tocar a solo 4 cuadras de mi casa, en un lugar que se llamaba 93 Feet East, no lo podía creer.
Ya faltaba poco para irme de esa ciudad y que más podía querer yo que ir a verlos.
Por lo que había leído era un proyecto solitario de un pibe de escasos 20 años llamado Brandon Bethancourt, donde Colaboraba Zach Condon de Beirut y Heather Trost de A Hawk and a Hawksaw. Ambas bandas jóvenes con un estilo musical determinado, muy instrumental y ensoñador y que también me gustaban mucho.
Y fue así, que un miércoles a las 10 de la noche entramos al bar y esperamos con mucha ansiedad. En 93 Feet East no había mucha gente, por lo que yo pensé, la fecha no había tenido mucha promoción y aparte había muchas bandas grosas tocando en Londres ese mismo día. Creo que la mayoría de la gente que estaba ahí no tenia idea de lo que iba a pasar y solo había ido a tomar, como pasa en casi todos los pubs ingleses.
Nunca espere yo que Brandon saliera solo a un escenario vació, donde solo había un micrófono y una pantalla de proyecciones atrás. Vestido con un traje blanco y un gorro de piel, saludo a la gente, tomo el micrófono y…apretó play.
Detrás de el, el titulo de su primera canción y a continuación comenzó la proyección, que consistía, para sorpresa mía, en un video donde se lo veía a el tocando diferentes instrumentos a medida que aparecían en el tema. Cada instrumento, era un personaje diferente que el encarnaba, el guitarrista estrella, el baterista loco, el violinista compenetrado, hasta la corista…era el, disfrazado de mujer, obviamente. En todas las imágenes tenia la misma ropa, el traje y el sombrero, pero en diferentes posiciones, en el caso de la corista por ejemplo, se ponía la remera como un manto blanco que le daba un aire misterioso y con el maquillaje, de una mujer real sin duda. No olvidemos mencionar que las facciones de Brandon son muy bellas y por lo tanto podía darse el lujo de hacer algo así sin terminar pareciendo un trava de Constitución.
La banda, era EL. Su voz distorsionada por el vocoder no te daba bronca ni te hacia pensar, “ehh, loco, así cualquiera” como te pasa la mayoría de las veces que escuchas a alguien utilizar este efecto, sino que te hipnotizaba, como así también lo hacen sus melodías de países lejanos, con reminiscencias árabes y vestigios de añoranza.
Por lo que supe después, Brandon Bethancourt, de Nueva México, EEUU, estudiaba arte y música desde muy joven y era amigo de Zach, un día decidió irse a Alaska unos meses y en la soledad de estar rodeado por hielo y frió lo único que pudo hacer fue grabar canciones llenas de melancolía, que el mismo escribió, canto y luego termino de grabar cuando volvió a los EEUU y llamo a sus amigos. Capaz que al pibe le re funciona el cerebro, o bueno, eso pensaba yo mientras lo veías enfrentando a un publico disímil lleno de giles en pedo que no entiendan absolutamente nada de lo que estaba sucediendo.
A medida que pasaba las canciones, también lo hacían los videos. Tenia todo tan perfectamente sincronizado que en vivo, se iba sacando una prenda y así también sucedía en la proyección. En el momento en que bajo sus pantalones, temimos presenciar un striptease, pero para desgracia nuestra, tenia un pantalón rojo abajo, el cual automáticamente vistió toda su “banda”. A veces debo decir que resultaba muy gracioso, porque el mismo hacia caras y movimientos en el video que resultaban muy divertidos y te hacían reir. Extrañamente lo que yo pensaba que iba a ser un recital bastante sensible y melancólico, se convirtió en algo novedoso, divertido y admirable.
Así fue como “toco” y canto todo su disco, la gente asombrada en un principio, luego aplaudía enfervorizada. Porque entendían que hay que tener el coraje, para proponer un recital en vivo de estas características, para que no te importen los borrachos, para decir, “Ok, esto hago yo y se los quiero mostrar así, y realmente no me importa. Me rió de mi mismo y grabo un disco de la puta madre solo y mi banda esta en video”. Bueno, por lo menos eso pensé yo que le pasaba por la mente a el.
Cuando terminó al recital a la hora, la gente le pedía más. El, divertido pero con vergüenza, solo podía decir que ya no tenia mas temas. Había tocado todo su disco, conformado por 13 temas hermosos. La gente, incluidos unos borrachos en el fondo gritaban por un bis. Por lo cual Brandon dijo que lo único que podía hacer era cantar un tema de nuevo. La gente dijo si, Y así fue como volvió a sonar “The Homeless and The Hummingbirds” nuevamente. La banda igual, solo bastaba apretar play.
Cuando termino el recital, Brandon bajo a hablar con el publico, tenia un par de fans y groupies dispuestas a todo. Con mi amiga solo lo mirábamos de lejos, nos daba vergüenza ir a decirle que lo amábamos y aparte temimos que fuera gay.
Nos acercamos al puesto de merchandising y rogué por una calcomanía free. La cual conseguí tras varios minutos de explicarle que era de Argentina y el pound son 7 veces un peso y etc.
Me fui feliz porque realmente no tenés la chance de ver algo así todos los días, y aunque cuando escuchas el disco pensas que seria hermoso ver una banda completa tocando esos temas, entendes que a veces el cerebro (y la presencia) de una sola persona es suficiente para hacerte viajar por el mundo con una canción.
Fotos: aca (son de Paris, pero no cambia mucho viendo lo que fue el show)
[Página oficial // Myspace // Alaska in winter en STAY FREE]
Cronista: Romina Fernandez. [flickr // last.fm]
Romina es una amiga de la casa que estuvo los últimos meses viviendo en Londres y yendo a un concierto tras otro. En su último mes de estadia por Europa, con toda nuestra envidia a cuestas, la obligamos a que cubra para Stay Free algunas de esas bandas que muchos queremos ver por estos lados y no podemos.Esta es la tercera reseña que escribio y todavia quedan un par mas por colgar.
3 comentarios:
Me habia olvidado que Brandon era tan amoroso...
y recuerdo que no le hablamos por otros motivos... no por vergüenza.. tengo la version no oficial.
prefiero ver a cucsi en el teatrito...
encima en el teatro q suena pesimo?
dejate de joder
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