MASSACRE EN EL LUNA PARK 6.9.9
fotos Eze
Interesante la cola para la acreditación: apenas pusimos un pie en la vereda Irene Fuzzycat y Paul Vulcano, de celular a celular, Caro y Mila Mondello contentas con sus entradas, Adrián Outeda y los Satan Dealers (tomando gaseosa!), charlitas, arreglamos notas, vale! Camila, 6 ½ años, a los cinco minutos ya está aburrida: “Y, cuándo entramos?”. Pasa Alan Cidade, hijo único de Walas: remera amarilla, camperita, ya tiene su entrada. Llegó temprano. La cola es tediosa: en media hora damos besos y besos (Cofla, DJ Buey, Caverna, amigos varios). La mayoría nos conocemos de los primeros 90´s, y estamos en la calle Bouchard convocados por Massacre. Están las entradas y las pulseras amarillas que nos habilitarán la entrada y las bebidas a la fiesta posterior, y nos vamos corriendo a dar toda la vuelta porque tenemos platea y ya estuvimos como 40´ haciendo previa. Arribamos a destino: justo al medio, impecable. Adri y los gemelos, un montón de niños (para Camila es debut en un estadio: nos hemos resistido por años a que esto ocurra, pero este show reúne las condiciones: es temprano, el lugar asignado tiene asientos, y escucha Massacre desde la panza) y mi primera impresión es que será un show inolvidable: estamos rodeados de padres, madres, tíos, y familia. Una chica detrás mío tiene el celular en la mano: su panza indica que parirá en cualquier momento. El escenario luce caballos blancos, tarimas circenses y los siniestros payasos propios de Walas: Camila los odia, pero esta vez no se asusta: “Son feos, pero están lejos”.
Muchas pantallas indican que el equipo de Boogiman Media (con Diego Valle y Pablo Forte a la cabeza de arte y video) se lucirán esta noche. Telones negros cubren las populares, y el campo se va llenando al ritmo de hormigas laboriosas. Las luces se apagan, y por el costado derecho un haz de luz ilumina a Fico, Pablo M., Bochi y Charly. Walas sale corriendo: suena Diferentes Maneras. Esto es Massacre en vivo en el Luna Park: los niños saltan de sus asientos, los parientes con canas filman con cámaras digitales y celulares y el campo levanta polvareda: si vieron alguna vez a Massacre sabrán de la ronda, el mosh salvaje, y esas múltiples cabezas elevándose al grito de “No necesitamos nada del mundo, no necesitamos nada de vos”.
Cuando escucho el segundo tema sé que el show será diferente: “Sembrar, sembrar” ha quedado afuera por años de los conciertos grandes, ah....esta noche será diferente. Invaden las amazónicas (Mila Mondello se sacude, es su tema favorito) y continua la trilogía asesina: “3 paredes”, “Nuevo día” y “From your lips” (con Daro Mondello en guitarra acústica, desde Evidencia Jinnah, psicólogo, hermano del psiquiatra, ambos guitarristas). Walas en su salsa, esa voz de chiquito al que le preguntan “cuándo seas grande que querés ser?” y el adulto que susurra “marido quiero ser”, por minutos olvidando su papel de conflictuadito y copando el escenario con remera 2 talles más chicos, interactuando con los pibes que no paran de hacer mosh, seduciendo, mi amor, mi amoooor. El niño grande que explica que Massacre quiere llegar al bicentenario aunque “no sé que carajo quiere decir” y entonces nos lee al revés, y le dedica “Juicio a un bailarín” a los Catupecu, porque él ha estado en la sala de espera muchos días esperando que Gabriel Ruiz Díaz no muera y se recupere y no sé si sabían pero Gabriel iba a ser el productor artístico de El Mamut (si no lo saben ahora ya sí), y Walas y la banda tienen especial cariño por ellos, y siguen mezclando épocas y conviven en el show el Vienen Zombies con Ana, y hay gente que no puede creer que la toquen porque nunca la tocan pero hoy sí: hoy hay fiesta, es el Luna, y ellos manejan los hilos de nuestras emociones y recuerdos.
Hay un intervalo, y la escenografía y la gráfica pre-show cobran vida: Fico imponente, galera, tarima, sonrisa; Bochi bien al frente, Pablo de violeta, Charly bastonero oficial de batería y Walas con birrete y saco azul de felpa, en cueros, que susurra “No recuerdo recibir las caricias de mi madre” y yo estoy por desintegrarme, porque hace muchos años que no escucho El Taxidermista en vivo e internamente pienso que fue genial no querer saber nada, nada, nada del show. A los mínimos acordes, Camila grita: “Es la octava maravilla” y sí, sí. Ya pasaron algunos problemas de sonido, por cierto. Pero es lo bueno de que yo no sea crítica musical ni nada por el estilo: yo fuí a vivir Massacre, a sentir Massacre, y es lo que hago mientras grito “Que sería de los Clash sin Buenos Aires, seguro es por mi culpa!” y me sacudo. Por el escenario suben y se van por los costados los invitados: Daro, la Tori (birrete con pluma, frac, esa voz preciosa coreando) y Mariano Castro, tecladista que le dá a los temas otro sabor.
Massacre no sería lo que es sin ninguno de ellos cinco: ahí se pasea Walas bajando línea (“Leí en un reportaje que hablaban de la cultura del sinsentido... yo pienso que viva el sinsentido!”), Pablo M. y la vista siempre para abajo buscando la tremenda pedalera que ocupa medio escenario y hace que se lleve el aplauso más respetuoso de la noche, la alegría de Fico, parado en sus dos piernas, con la Mac y la guitarra ya sin necesidad de estar sentado, la potencia de Bochi con su bajo, con sus coros, con sus movimientos bien ahí, tercero necesario en la primera línea, y las gotas de sudor de Charly Carnota mientras sacude la batería a más no poder: sólido, potente, preciso. Me guardo para siempre la polvareda en La Epidemia/Resurrección, y la sorpresa de tantos al incluir Violence en los bises.
31 temas, y nos fuímos. Camila y los niños, a dormir en casa de abuelos y parientes. Muchos al Newbery a tomar algo y comernos unas pizzas. Al rato cayeron los Massacre a su festejo: casi tres horas de show, y ahí andaban, sacándose fotos con quien lo pidiera, charlando, tomando unas cervezas. Cada uno que crea que lo que quiera, pero yo tengo una certeza: en el ´91 terminaba un show en algún lado y al rato estábamos brindando. En el 2009 también.
Ojalá les haya podido transmitir un poco de sudor, algo de los gritos desafinados, tanto mosh desde el escenario y la ronda al grito de “a la conquista de mi alma, y al conflicto negación”.
Por lo demás la puesta fue tremenda (vestuario, proyecciones –los hongos en La Reina de Marte!- los caballitos de madera, las luces) y la niños de la platea tuvieron algo diferente que comentar en sus colegios. Solo piensen en esto: mientras hacíamos la cola, afiches de un photoshopeado Montaner anunciaba no sé cuantos recitales. Nosotros fuímos a ver uno solo. 6000 personas fuímos a cantar que “No queremos nada tuyo entre nosotros, tus miedos, tus burlas, nada de vos, es grande el peligro, existe el riesgo, pero también es mayor la diversión”.
Yo fuí feliz, Camila también. Ojalá muchos de ustedes lo compartan.
Pd: la fiesta posterior fue en el Newbery Bar, que queda en Honduras y Ravignani. Los jueves musicaliza DJ Buey, el único en la ciudad que puede combinar doom metal y diversión. Si pueden, dense una vuelta: hay metegol, flipper, tragos y joda.
Gracias a la Tori y Eugenia Tavano por las acreditaciones y las invitaciones a fiesta posterior.
Pd2: Hice otra crónica que saldrá en Anotaciones Rústicas. Si pueden peguense una vuelta y vean las fotos de Gonzzalo, que estuvo con nosotros por allí.
Enero 2008. Buenos Aires ardía de calor y en una cama del Hospital Italiano un pibe no sabía si iba a volver a poder tocar: en verdad, ni siquiera sabía si iba a vivir. Fico y la novia salían de un cumpleaños y en la parada del colectivo fueron atropellados por un auto que venía descontrolado como sus ocupantes: estaban alcoholizados. La novia de Fico murió y él estuvo meses recuperándose: no se sabía si volvería a caminar ni a tocar. Ya el Obras de Massacre del 2008 estaba pautado: el reemplazante de Fico –hasta que se recuperara- sería Daro Mondello, hermano de Pablo M. Fico llegó a Obras: tuvo que tocar sentado en un sillón, y ser bajado del escenario entre dos. Al Luna Park llegó con nueva novia, con nueva vida y caminando solo. Mientras el cretino que lo atropelló sigue con su vida –ya saben: la familia tiene dinero, y en Argentina matar gente por acciones imprudentes no tiene mayor castigo- Fico logró recomponerse, ponerse de pie y hacer lo que toda su vida deseó: tocar en su banda. Por este motivo elegimos hablar con él después del show de Massacre en el Luna Park. Porque lo queremos, y nos alegra verlo de pie, suelto, haciendo lo que sabe: tocar. Ya no tuvimos que alegrarnos de que estuviera vivo: lo está, y se para arriba del escenario como lo que es: un músico. Con ustedes el invitado post-show: Federico Piskorz, Fico de Massacre.
- Faltan cinco minutos para que comience el show. ¿Qué sentís detrás del escenario?
Cinco minutos antes del show siento nerviosismo, emoción, alegría, expectativa, miedo, concentración, energía e incertidumbre. Todo ese cocktail. Es que después de tanto ensayar los temas llega el momento de presentarlos solo una vez cada uno de la mejor forma posible.
- Ya hicieron los bises, y vas camino al camarín. ¿Qué sentís?
Terminado el show no entiendo nada, es como estar caminando sobre una nube...me siento satisfecho, feliz... y aliviado!
- ¿Cómo se ven 6000 personas desde una tarima? ¿Ves el pogo, la ronda, o estás en tu mundo?
Esta buenísimo ver a la gente, y lo que se va generando... esa es la diferencia de estar tocando en la sala o estar tocando en vivo. Es parte de la comunicación y uno se contagia de la efusividad y la energía. Por ejemplo, hay momentos clave que puede ser un coro o una frase o un corte en donde pegan un grito o en donde todos levantan la mano, es hermoso....
- Tenés 15 años y estás en tu pieza. Ya sabés que querés ser músico. ¿Cómo te lo imaginabas? ¿Algo parecido al presente?
En realidad a mis 15 años esto que pasa me parecía utópico, siempre lo quise pero nunca me lo propuse seriamente, es como un sueño realizado. Pensar que desde mis 13 años en adelante ví tantas bandas tocar tanto en Obras como en el Luna que me maravilla estar allá arriba, es alucinante!
- Cómo se arma una lista de temas para un show grande?
Ibamos haciendo listas tentativas y al final nos quedamos con una que la dejamos abierta para que durante los ensayos vayamos viendo como nos parece y sea pasible de cualquier modificación. En el caso del Luna particularmente, todo se fue dando a medida que iba saliendo el concepto del show global, no solo por los temas sino por la puesta. Al final quedó una lista conceptual dividida en actos.
- ¿Te sentiste bien después del show?
Yo estoy vivo, y puedo disfrutar de estarlo. Me costó, pero puedo. Fue increíble!
fotos Eze
Interesante la cola para la acreditación: apenas pusimos un pie en la vereda Irene Fuzzycat y Paul Vulcano, de celular a celular, Caro y Mila Mondello contentas con sus entradas, Adrián Outeda y los Satan Dealers (tomando gaseosa!), charlitas, arreglamos notas, vale! Camila, 6 ½ años, a los cinco minutos ya está aburrida: “Y, cuándo entramos?”. Pasa Alan Cidade, hijo único de Walas: remera amarilla, camperita, ya tiene su entrada. Llegó temprano. La cola es tediosa: en media hora damos besos y besos (Cofla, DJ Buey, Caverna, amigos varios). La mayoría nos conocemos de los primeros 90´s, y estamos en la calle Bouchard convocados por Massacre. Están las entradas y las pulseras amarillas que nos habilitarán la entrada y las bebidas a la fiesta posterior, y nos vamos corriendo a dar toda la vuelta porque tenemos platea y ya estuvimos como 40´ haciendo previa. Arribamos a destino: justo al medio, impecable. Adri y los gemelos, un montón de niños (para Camila es debut en un estadio: nos hemos resistido por años a que esto ocurra, pero este show reúne las condiciones: es temprano, el lugar asignado tiene asientos, y escucha Massacre desde la panza) y mi primera impresión es que será un show inolvidable: estamos rodeados de padres, madres, tíos, y familia. Una chica detrás mío tiene el celular en la mano: su panza indica que parirá en cualquier momento. El escenario luce caballos blancos, tarimas circenses y los siniestros payasos propios de Walas: Camila los odia, pero esta vez no se asusta: “Son feos, pero están lejos”.
Muchas pantallas indican que el equipo de Boogiman Media (con Diego Valle y Pablo Forte a la cabeza de arte y video) se lucirán esta noche. Telones negros cubren las populares, y el campo se va llenando al ritmo de hormigas laboriosas. Las luces se apagan, y por el costado derecho un haz de luz ilumina a Fico, Pablo M., Bochi y Charly. Walas sale corriendo: suena Diferentes Maneras. Esto es Massacre en vivo en el Luna Park: los niños saltan de sus asientos, los parientes con canas filman con cámaras digitales y celulares y el campo levanta polvareda: si vieron alguna vez a Massacre sabrán de la ronda, el mosh salvaje, y esas múltiples cabezas elevándose al grito de “No necesitamos nada del mundo, no necesitamos nada de vos”.
Cuando escucho el segundo tema sé que el show será diferente: “Sembrar, sembrar” ha quedado afuera por años de los conciertos grandes, ah....esta noche será diferente. Invaden las amazónicas (Mila Mondello se sacude, es su tema favorito) y continua la trilogía asesina: “3 paredes”, “Nuevo día” y “From your lips” (con Daro Mondello en guitarra acústica, desde Evidencia Jinnah, psicólogo, hermano del psiquiatra, ambos guitarristas). Walas en su salsa, esa voz de chiquito al que le preguntan “cuándo seas grande que querés ser?” y el adulto que susurra “marido quiero ser”, por minutos olvidando su papel de conflictuadito y copando el escenario con remera 2 talles más chicos, interactuando con los pibes que no paran de hacer mosh, seduciendo, mi amor, mi amoooor. El niño grande que explica que Massacre quiere llegar al bicentenario aunque “no sé que carajo quiere decir” y entonces nos lee al revés, y le dedica “Juicio a un bailarín” a los Catupecu, porque él ha estado en la sala de espera muchos días esperando que Gabriel Ruiz Díaz no muera y se recupere y no sé si sabían pero Gabriel iba a ser el productor artístico de El Mamut (si no lo saben ahora ya sí), y Walas y la banda tienen especial cariño por ellos, y siguen mezclando épocas y conviven en el show el Vienen Zombies con Ana, y hay gente que no puede creer que la toquen porque nunca la tocan pero hoy sí: hoy hay fiesta, es el Luna, y ellos manejan los hilos de nuestras emociones y recuerdos.
Hay un intervalo, y la escenografía y la gráfica pre-show cobran vida: Fico imponente, galera, tarima, sonrisa; Bochi bien al frente, Pablo de violeta, Charly bastonero oficial de batería y Walas con birrete y saco azul de felpa, en cueros, que susurra “No recuerdo recibir las caricias de mi madre” y yo estoy por desintegrarme, porque hace muchos años que no escucho El Taxidermista en vivo e internamente pienso que fue genial no querer saber nada, nada, nada del show. A los mínimos acordes, Camila grita: “Es la octava maravilla” y sí, sí. Ya pasaron algunos problemas de sonido, por cierto. Pero es lo bueno de que yo no sea crítica musical ni nada por el estilo: yo fuí a vivir Massacre, a sentir Massacre, y es lo que hago mientras grito “Que sería de los Clash sin Buenos Aires, seguro es por mi culpa!” y me sacudo. Por el escenario suben y se van por los costados los invitados: Daro, la Tori (birrete con pluma, frac, esa voz preciosa coreando) y Mariano Castro, tecladista que le dá a los temas otro sabor.
Massacre no sería lo que es sin ninguno de ellos cinco: ahí se pasea Walas bajando línea (“Leí en un reportaje que hablaban de la cultura del sinsentido... yo pienso que viva el sinsentido!”), Pablo M. y la vista siempre para abajo buscando la tremenda pedalera que ocupa medio escenario y hace que se lleve el aplauso más respetuoso de la noche, la alegría de Fico, parado en sus dos piernas, con la Mac y la guitarra ya sin necesidad de estar sentado, la potencia de Bochi con su bajo, con sus coros, con sus movimientos bien ahí, tercero necesario en la primera línea, y las gotas de sudor de Charly Carnota mientras sacude la batería a más no poder: sólido, potente, preciso. Me guardo para siempre la polvareda en La Epidemia/Resurrección, y la sorpresa de tantos al incluir Violence en los bises.
31 temas, y nos fuímos. Camila y los niños, a dormir en casa de abuelos y parientes. Muchos al Newbery a tomar algo y comernos unas pizzas. Al rato cayeron los Massacre a su festejo: casi tres horas de show, y ahí andaban, sacándose fotos con quien lo pidiera, charlando, tomando unas cervezas. Cada uno que crea que lo que quiera, pero yo tengo una certeza: en el ´91 terminaba un show en algún lado y al rato estábamos brindando. En el 2009 también.
Ojalá les haya podido transmitir un poco de sudor, algo de los gritos desafinados, tanto mosh desde el escenario y la ronda al grito de “a la conquista de mi alma, y al conflicto negación”.
Por lo demás la puesta fue tremenda (vestuario, proyecciones –los hongos en La Reina de Marte!- los caballitos de madera, las luces) y la niños de la platea tuvieron algo diferente que comentar en sus colegios. Solo piensen en esto: mientras hacíamos la cola, afiches de un photoshopeado Montaner anunciaba no sé cuantos recitales. Nosotros fuímos a ver uno solo. 6000 personas fuímos a cantar que “No queremos nada tuyo entre nosotros, tus miedos, tus burlas, nada de vos, es grande el peligro, existe el riesgo, pero también es mayor la diversión”.
Yo fuí feliz, Camila también. Ojalá muchos de ustedes lo compartan.
Pd: la fiesta posterior fue en el Newbery Bar, que queda en Honduras y Ravignani. Los jueves musicaliza DJ Buey, el único en la ciudad que puede combinar doom metal y diversión. Si pueden, dense una vuelta: hay metegol, flipper, tragos y joda.
Gracias a la Tori y Eugenia Tavano por las acreditaciones y las invitaciones a fiesta posterior.
Pd2: Hice otra crónica que saldrá en Anotaciones Rústicas. Si pueden peguense una vuelta y vean las fotos de Gonzzalo, que estuvo con nosotros por allí.
Enero 2008. Buenos Aires ardía de calor y en una cama del Hospital Italiano un pibe no sabía si iba a volver a poder tocar: en verdad, ni siquiera sabía si iba a vivir. Fico y la novia salían de un cumpleaños y en la parada del colectivo fueron atropellados por un auto que venía descontrolado como sus ocupantes: estaban alcoholizados. La novia de Fico murió y él estuvo meses recuperándose: no se sabía si volvería a caminar ni a tocar. Ya el Obras de Massacre del 2008 estaba pautado: el reemplazante de Fico –hasta que se recuperara- sería Daro Mondello, hermano de Pablo M. Fico llegó a Obras: tuvo que tocar sentado en un sillón, y ser bajado del escenario entre dos. Al Luna Park llegó con nueva novia, con nueva vida y caminando solo. Mientras el cretino que lo atropelló sigue con su vida –ya saben: la familia tiene dinero, y en Argentina matar gente por acciones imprudentes no tiene mayor castigo- Fico logró recomponerse, ponerse de pie y hacer lo que toda su vida deseó: tocar en su banda. Por este motivo elegimos hablar con él después del show de Massacre en el Luna Park. Porque lo queremos, y nos alegra verlo de pie, suelto, haciendo lo que sabe: tocar. Ya no tuvimos que alegrarnos de que estuviera vivo: lo está, y se para arriba del escenario como lo que es: un músico. Con ustedes el invitado post-show: Federico Piskorz, Fico de Massacre.
- Faltan cinco minutos para que comience el show. ¿Qué sentís detrás del escenario?
Cinco minutos antes del show siento nerviosismo, emoción, alegría, expectativa, miedo, concentración, energía e incertidumbre. Todo ese cocktail. Es que después de tanto ensayar los temas llega el momento de presentarlos solo una vez cada uno de la mejor forma posible.
- Ya hicieron los bises, y vas camino al camarín. ¿Qué sentís?
Terminado el show no entiendo nada, es como estar caminando sobre una nube...me siento satisfecho, feliz... y aliviado!
- ¿Cómo se ven 6000 personas desde una tarima? ¿Ves el pogo, la ronda, o estás en tu mundo?
Esta buenísimo ver a la gente, y lo que se va generando... esa es la diferencia de estar tocando en la sala o estar tocando en vivo. Es parte de la comunicación y uno se contagia de la efusividad y la energía. Por ejemplo, hay momentos clave que puede ser un coro o una frase o un corte en donde pegan un grito o en donde todos levantan la mano, es hermoso....
- Tenés 15 años y estás en tu pieza. Ya sabés que querés ser músico. ¿Cómo te lo imaginabas? ¿Algo parecido al presente?
En realidad a mis 15 años esto que pasa me parecía utópico, siempre lo quise pero nunca me lo propuse seriamente, es como un sueño realizado. Pensar que desde mis 13 años en adelante ví tantas bandas tocar tanto en Obras como en el Luna que me maravilla estar allá arriba, es alucinante!
- Cómo se arma una lista de temas para un show grande?
Ibamos haciendo listas tentativas y al final nos quedamos con una que la dejamos abierta para que durante los ensayos vayamos viendo como nos parece y sea pasible de cualquier modificación. En el caso del Luna particularmente, todo se fue dando a medida que iba saliendo el concepto del show global, no solo por los temas sino por la puesta. Al final quedó una lista conceptual dividida en actos.
- ¿Te sentiste bien después del show?
Yo estoy vivo, y puedo disfrutar de estarlo. Me costó, pero puedo. Fue increíble!
18 comentarios:
Es el reci que voy a lamentar no haber ido toda mi vida! pero de alguna manera estuve ahi.
Show increible, muy buen sonido, mucha actitud, mucho rock para la única banda que mantiene vivo el espíritu del rock alternativo de los 90.
jere, no puedo creer q no hayas ido, si habia una persona que suponia que iba a estar ahi a pesar de la distancia, eras tu.. q cagada.
Coincido en todo con la nota, antes, durante y despuès del show se viviò un clima de festejo increible, iba a decir como de revancha o vendetta pero no era esa la palabra indicada sino: JUSTICIA, Justicia Poètica, Justicia Rockera al fin ...
Tiki Najmías
Massacre va a estar aca en Córdoba el sabado que viene!!
Muy buena la crónica.
Ya quiero que sea sabado!!!
Yo fui y estuvo sublime... Fue increible!!! Excelente recital, muy buena la puesta y lo mejor de todo los Massacre. Qué actitud rocker que tienen, por dios!!!
Todavía estoy feliz por haber ido.
me hiciste estar en el luna.
grande miriam!
Estaba esperando esto, una crónica del show de Massacre por la gente de SF!. Como dije en otro post durante la semana (creo que en el "unas cosas para el fin de semana" pasado), me encantó que hayan incluído "Violence" y tantos otros temas viejitos que nunca tocan. Pero (y acá voy a diferir con "Cosas Locas") el sonido no estuvo a la altura. Durante "Vienen Zombies" directamente Walas no se escuchaba...
Bueeenisimaa la cronica me hizo daar ganas de haber estado ahi!
me muerooo por verrloss! cuandoo vengan a la plaata otra vez, ahi voy a estar (porque buenos aires me da miedoo)
Bien,bien,bien por MASSACRE!!!!
Los pibes la vienen peleando hace rato y se lo merecen!!!
Miriam,aplausos para vos por esas cronikas!!! Como escribis mujer!!!
Saludos y besos para todos!!
Buenísimo show, emocionante escuchar esas canciones en el Luna Park. Lo mejor: los momentos psicodélicos, el final al principio y el "van a crecernos alas" interminable. Los videos también, terribles.
Todos estábamos como contentos, eso me pareció. Saqué la entrada el mismo día, por suerte no me lo perdí.
Show hermoso. Muy copado. Al igual que Miriam me sorprendí con temas que jamás había oido en vivo (o hace mucho que no oía).
Tuvieron un par de problemitas con el sonido. El más obvio fue el del micrófono en Vienen Zombies, pero la guitarra de Fico en los primeros temas estaba super baja, despues nivelaron bastante bien, pero el bombo de la batería estaba super alto.
En fín, show groso, el sonido podría haber estado mejor, la lista de temas increíble, y la energía me terminó de desarmar.
No sé como lo lográs pero en cada crónica, en cada entrevista, en cada Vida de ratas uno se termina trasladando al lugar de los hechos.Es una asombrosa capacidad que no se logra concretar con facilidad y a vos te sale naturalmente. Como resultado, dan ganas de haber estado ahí y percibir en primera persona esas sensaciones que describís.
Lo demás ya te lo dije: un lujo tenerte de cronista invitada, con link directo y fotos alucinantes.
Mis más sinceros respetos.
Ey, que bueno que muchos hayamos disfrutado de un show tan potente!
En cuanto al sonido, el Luna es una caja con techo de lata, así que yo elegí ir a poner el cuerpo y gozarla!
Los quiero, besos, tomá! (jajaja! tanto ver Massacre en vivo y hablar con Walas...)
Pd: gracias a los que mailearon en privado también con sus impresiones acerca de la crónica (sobre todo a Fico, a quién le tengo un cariño muy particular).
Muy buenas las fotos
Me pongo a pensar en cuanto tiempo hace que viene tocando Massacre, cuando fué que los conocí. Ahh, si, 1993, Radio Olmos. Yo estaba como loco con Hermética,era tachero y tenia el pelo largo. luego de escuchar sus dos temas del disco, me conseguí Sol Lucet Omnibus. Ahi ta: "Violence", ese fué el tema que me enganchó con Massacre.
16 años después tengo el Pelo corto, traje y soy Auditor de Sistemas. Massacre llega al luna. A los 19 años no me imaginaba estar comprado esta entrada, calculo que ellos no se imaginaban vendiéndola...
Que decir del recital, fué hermoso, muy equilibrado, la puesta en escena fué fantástica, las casi 3hs(!) pasaron volando. La selección de temas buenísima. Me encantó cuando bajaron la parrilla de luces y el escenario se transformó en esa especie de Feria. Hace mucho tiempo que no estaba en un recital que me desconectara de todas mis preocupaciones "terrenales". En fin, uno de los mejores recitales a los que he asistido. Y la cereza del Postre fué escuchar a Wallace diciendo: "Para vos, viejito". Arranca Violence. Soy un pendejo pelilargo.
soy musico y de posadas misiones.mame el rock a principios de los 90.escuchaba death metal,hardrock, punk, hc y ahi estaba massacre entre mis casets.luego con los años tuvimos la oportunidad de tocar con ellos con mi banda.luego los vi junto a the stogges y estuve en ese show del luna.y mi reflexion de ese concierto es esta: senti otra vez estar en un recital de una banda en vivo, no en un espectaculo de entretenimiento. eso denti y esa es mi definicion de ese concierto.
besos
mali
si quieren conocer mi musica entren a www.fotolog.com/m_vellocet
Gente, hace años q sigo SF! y sinceramente, despues de leer este post de Massacre (banda que me hizo la persona que soy (?)), me dan escalosfríos y amargura al mismo tiempo por no poder estar en esa noche tan importante para los massacreros... Muchas gracias por compartir esto con nosotros, y dejenme decirlo, les tengo una eterna envidia a su forma de vivir el Rock y Massacre particularmente...espero algún día poder hacer algo parecido...un abrazo y gracias!
Huevo
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