3 x 1 femenino (2da parte)

Hay veces que uno lee un libro o ve una película y le quedan distintas situaciones dando vuelta por la cabeza. Algo así me paso con High Fidelity, tiene un capitulo tras otro (o escena tras otra) en la que un tipo como yo se siente identificado y larga carcajadas pensando en situaciones similares, a la que relata el protagonista, que le pasaron en su propia vida. Sería complicado elegir solo una parte para reseñar porque Nick Hornby se fue al carajo con esa historia, pero si tengo que optar por algo, tal vez me quedaría con el monólogo sobre Charlie (obviamente mucho mejor relatado en el libro) por sobre el resto. En toda esta historia de un tipo adicto a la música, con un sinfín de malas experiencias amorosas, hay una breve parte que pasa casi desapercibida pero que a mi siempre me pareció simpática y me hace sentir que el autor leyó mi mente. El que tenga el libro puede salir corriendo a buscarlo en su biblioteca, abrirlo en la pagina 78 y leer casi al final de la carilla:
"Durante toda la vida he tenido ganas de acostarme -no, de tener una relación amorosa- con una cantante: me gustaría que compusiera sus canciones en casa, que me preguntase que opinión me merecen, que quizás incluyese alguna de nuestras bromas privadas en la letra de una, que me diera las gracias en los créditos del disco, que incluyese, por que no, una foto mía en la funda, perdida entre otras muchas, y que me dejara ver sus actuaciones desde el backstage o desde un lateral del escenario..."
En mis 28 años de vida me enganche mas de una vez con una chica cantante (o guitarrista, o bajista) pero nunca resultó. Siempre o por mi locura, o por la de ella, o por los desencuentros extraños que pasan en las relaciones humanas todo duró demasiado poco. Nunca paso de algunas noches de borrachera, de besos con gusto a cerveza o sexo desenfrenado en el lobby de algún edificio a las 4 de la mañana. Jamás estuve ni cerca de ser el jurado y dar el visto bueno o bochar alguna canción nueva y muchisimo menos de aparecer mencionado en la letra chica de los agradecimientos. Sin embargo, aun hoy, no pierdo las esperanzas de que eso vaya a suceder y pueda sentirme realizado en esta estupida fantasia adolescente.
Por todo esto y por algunas otras cosas que no tengo tan claras, suelo escuchar muchas bandas integradas por mujeres. Más allá de sus canciones, me enamoro de sus actitudes sobre el escenario y la manera que tienen para decir las cosas en sus letras. Como siempre sucede, con algunas el vinculo es mas fuerte que con otras, pero en general a las bandas con chicas las termino viendo con otros ojos.
Hoy les dejo aca la segunda parte de aquel 3 x 1 femenino que hice el 16 de agosto compuesto por grupos y solistas mujeres nada populares pero totalmente recomendables.
Que lo disfruten.