Domingo de Resurrección

No Age + Matt & Kim en La Trastienda. 7.6.09

Saludan, y se marchan por donde vinieron. Las luces se prenden y las pocas caras que aun permanecían en el sitio se miran extrañadas, incrédulas, como después de un ventarrón muy fuerte, de esos que arrasan con todo y te dejan sintiéndote una cosa chiquita, débil, perdida en una compleja estructura incapaz de comprender esos arrebatos que tiene el planeta. El cerebro esta caliente después de una dosis tan fuerte de estímulos. El corazón intenta volver al ritmo habitual y un constante y molesto PIIIIIIIIIIIIIIP es lo único que perciben tus oídos. El pitido que te aturde la cabeza, y que permanecerá ahí hasta el otro día por lo menos, significa mucho, sobre todo hoy. Estamos en una época en que el rock es cada vez mas digerible, son los años en que el rocanrol musicaliza hasta una publicidad de gaseosa y nadie se pregunta que es lo que esta pasando.
Ruido. Una guitarra que suena como dos o tres o cuatro. Unos Marshall con el volumen en once y una pedalera de ciencia ficción. Dos baterías. Una común, con su redoblante, su platillo, su bombo y una electrónica, sin redoblante, sin platillo, sin bombo, solo con un cable que la enchufa a 220 W, metida ahí en el medio de todo, sin casi molestar. Dos tipos. Yanquis. Callados. Que demuestran su carisma haciendo sonar sus instrumentos. Se hacen llamar No Age y son la gran cosa nueva que apareció en el punk. Sub Pop, el sello de nirvana, aposto por ellos y no quedan dudas porque. Distorsión. Sonidos extraños salidos de su pequeña pero efectiva estructura. Un baterista que canta. Un guitarrista que dice alguna que otra palabra. Ambas voces mezcladas, perdidas entre los rasgueos de la guitarra y el golpe de la bata. Es un instrumento más, no sobresale, no se destaca. Esta, pero no esta. 15 temas que casi no tuvieron respiro. Mucha de la gente que estuvo al principio, salio corriendo despavorida al segundo tema. Una brutal demostración de poder. Directa como pocas.
Pero todo arrancó temprano, con una pareja un poco más amable y abierta. Ellos son Matt & Kim. Veinteañeros, buena onda, que no se cansaron de demostrar lo felices que estaban por tocar en un lugar tan lejano como Buenos Aires. El hombrecito sentado en sus teclados, es quien canta y agita. Se para, se sienta, invita al publico a sumarse al stage. Dice algunas palabras en español y se divierte. Ella, ¿como hablar de ella? Los que vieron los videos, saben que tiene una característica muy particular: es feliz como nadie en todo el puto mundo cuando le pega a su batería. La sonrisa de Kim te queda dibujada en la mente y no se te va. Se ríe y se ríe. Abre la boca, grita, canta a la par de su novio aunque no tenga micrófono. Le pega y le pega. Siempre fuerte, sin dudar, dando los golpes precisos y necesarios para que la base de ese pop punk sin guitarras ni bajo se mantenga bien arriba. Se para sobre su silla y se tira a la gente. Reparte miradas cómplices, con los que estan en las primeras filas disfrutando de esa catarata musical que te moja los sentidos. Y cuando se empieza a poner repetitivo, se acaba, para terminar como empezaron: bailando, pero esta vez en el piso del lugar. Como vos, como yo, como aquel. Algunas de las 200 o 300 personas que fueron a la Trastienda, aprovechan para sacarse fotos, para charlar y para agradecerles por tan gratificante actuación.
Un domingo como esos que uno siempre quiere tener y que muy pocas veces se llevan a cabo.
Gracias. Nada más que eso. Nos vemos la próxima.

2 comentarios:

sick! dijo...

eso estuvo tremendo, No Age sacudía tu cabeza y te elevaban sonicamente para dejarte caer, por momentos, sentía lo mismo que sentí mientras veía a Sonic Youth, y eso no es poco.

Cuando llegué ya no quedaban cds para comprar, si sabes de alguien que tenga, aun, para vender, y me puedes avisar sería de lo mejor. Gracias.

sAlud!

Martina dijo...

qué bien captado.. me encantó el blog y me enterneció el walas chiquito