MONKEY GONE TO HEAVEN


Si, eran indies y guarros y proto-alternativos y todo, pero Pixies y su sello discográfico americano con dirección en Rockefeller Plaza, querían un hit. Como prueba ahí tienes Monkey Gone to Heaven.


There was a guy
an under water guy who controlled the sea
got killed by ten million pounds of sludge
from new york and new jersey
this monkey's gone to heaven
The creature in the sky
got sucked in ahole
now there's a hole in the sky
and the ground's not cold
and if the ground's not cold
everything is gonna burn
we'll all take turns
i'll get mine, too
this monkey's gone to haven
Rock me joe!
If man is 5 [3x]
then the devil is 6 [5x]
then god is 7 [3x]
this monkey's gone to heaven

Elegido como el primer single de Doolittle y, por tanto, el primer lanzamiento del grupo con una multinacional americana, la canción fue una introducción, no solo para la mayoría de los oyentes, sino también para los programadores de las emisoras de radio del país, la MTV y para toda la industria musical. Y con Monkey Gone to Heaven, el grupo hizo un movimiento claramente comercial , ofreciendo una muy lograda balada de medios tiempos, incluyendo una sección de cuerdas y una suave voz a lo Lou Reed, con una temática que era muy de 1989: el medio ambiente. Mas que ninguna otra canción en Doolittle -Here Comes Your Man tenia un ligero parecido en su balbuceo al de miles de grupos de college rock tipo REM- Monkey Gone to Heaven tenia potencial para ser un hit. Incluso hoy en día sigue siendo su canción mas famosa para la cultura popular, siendo escuchada junto a Back in Black y Baby Elephant Walk en los estadios de la liga de béisbol americana.
Aun así es uno de los "mas difícil todavía" del grupo. Como muchas de las mas memorables de Thompson (Black Francis), esta construida a partir de una sola afirmación, desarrollada con misterio y garra. This monkey´s gone to heaven le vino a la cabeza mucho antes de que escribiera la canción, pero cuando le puso música fue corriendo donde estaba Joey Santiago y se la tocó, y ellos... se rieron. "Era de madrugada, estaba muy cansado", dice Santiago hoy. "Hey Joe, tengo que verte, necesito enseñarte algo". Me mostró Monkey y fue increíble, realmente buena. Él ya tenia la parte de "If man is 5" y se reía. Fue divertidísimo".
La idea de un primate ascendiendo pulsó un gran numero de botones conceptuales en Thompson: la degradación de la religión y la humanidad, la confusión del lugar del hombre en el universo y la idea de que el hombre esta destruyendo lo que no tiene derecho a destruir. Fíjate el océano por ejemplo: "Por un lado es un gran inodoro orgánico" dijo a un entrevistador en 1989. "Las cosas se limpian, se repurifican o descomponen y es este gran, oscuro y misterioso lugar. Es también un lugar muy mitológico, donde hay jardines de pulpos, el Triángulo de las Bermudas, Atlantis, las sirenas y todo ese tipo de cosas". Neptuno, el dios de este reino, el "tipo bajo el agua que controlaba el mar ¹", estando por ahí abajo, la personificación de la armoniosa relación del hombre con la tierra. ¿Y que le pasa a Neptuno? Es "asesinado por diez millones de kilos de lodo de New York y New Jersey ²". Lo mismo con "la criatura del cielo ³", quien se queda atrapado arriba en un agujero de la capa de ozono. El hombre, como manifestación divina, efectivamente muere y lo que queda es su desgradada naturaleza animal; el cutre halo pegado en la cabeza del primate es el símbolo de esa infeliz caída.
El giro viene en la parte del final, esa en la que los pibes en los conciertos primero sacan una mano y después la otra: "If man is 5..." Thompson lo sacó de la manga. "Es una referencia de lo que sé de numerología hebrea, y no sé mucho de ello, o nada en realidad", dijo a la revista Alternative Press. "Recuerdo a alguien contarme algo sobre el supuesto hecho de que en el lenguaje hebreo, especialmente en la Biblia, puedes encontrar un montón de referencias al hombre en el quinto lugar, a Satán en el sexto y a Dios en el séptimo... no fui a la biblioteca a comprobarlo". Pero la frase se convierte en una de las mas sinceras y poderosas de todo el disco, revelando que la canción no tiene nada que ver con un mono, ni con el Día de la Tierra. Es su corazón, es una reflexión gnóstica sobre la relación del hombre con lo divino, escrita de una de las maneras mas efectivas de Thompson, el lento hervir espiritual. Mientras el ritmo decae y es reemplazado por un colchón de ruidosas guitarras eléctricas, Black Francis predica como un hombre que acaba de bajar de la montaña con las tablas y su voz sube hasta un chillido de poseso: "If man is 5 / Then the devil 6 / And if the devil is 6 / Then God is 7!" Es una epifanía, pero a la vez una advertencia. No importa a quien haya aplastado y quemado y destruido, el hombre esta abajo en la escala, ahí, debajo de Satán. Dios es inquebrantable y el hombre es, básicamente, un mono.
¿Y cual es el sonido de un antiguo dios del mar que es aplastado por 5000 toneladas de basura? ¡Grandes guitarras! En cierto modo, la canción es una poderosa balada. Es el sonido de un grupo de rock fuerte haciéndolo mas tranquilo con estrofas habladas y chelos -recuerda, era la época de Silent Lucidity- y aumentada hasta espectaculares alturas con una pila de Marshalls de toda la vida. Pero Monkey Gone to Heaven no sigue el patrón de la clásica power-ballad, esa manera de vender a gritos del heavy metal, cuya siempre productiva formula es, básicamente, una canción de Broadway de levantar el encendedor y un punteo de guitarra eléctrica. En cambio Monkey tiene un muro de lodo amplificado que entra y sale de encuadre, dejando espacio para una dolorosa contemplación. La revista Blender ha nombrado a la canción como la primera balada grunge, una apropiada designación.
Se abre con cuatro fornidos acordes rítmicos "fi-fi-fo-fum", que desaparecen tan pronto como aparecen, dejando que la estrofa sea llevada por la balanceante linea de bajo de Kim Deal. Lovering mantiene un ritmo libre con una fría e "inglesa" caja y Black Francis narra con la voz mas tranquila e infantil que le hayamos oído. La marea de lodo vuelve en el duodécimo compás, esos cuatro feos acordes deformados de la manera en que solo Joey Santiago puede deformar un acorde de guitarra. Pero las voces de Black Francis y Deal flotan justo sobre el nivel del agua.
Para pulirla, añadieron dos violines y dos cellos. Mientras mezclaron el disco en Carriage House, en Connecticut, le hicieron traer al dueño del estudio, John Montagnese, instrumentistas de cuerda para una sesión de una tarde, que tuvo lugar un domingo, 4 de diciembre de 1988. En aquella época, Carriage House tenia un prospero negocio grabando partituras orquestales para películas de clase B y Montagnese llamó a unos pocos asiduos, todos ellos músicos clásicos con una amplia experiencia. Arthur Fiacco, el chelista, fue el primero en aparecer, todavía vestido con un formal traje en blanco y negro; había venido directamente de un concierto de media tarde de Bach y Vivaldi, en Scarsdale. Fiacco se sorprendió al ver que no había partituras escritas para que los músicos tocaran, como normalmente habría en cualquier sesión. Pero le gustó el cantante -"¿Cuál era su nombre? ¿Black no se qué? ¿Black Sabbath?"- y escribió una parte, basada en unos riffs que le mostró Thompson permaneciendo cerca de la linea del bajo. Las dos violinistas, Corinne Metter y Karen Karlsrud, tampoco tenían partituras pero siguieron directrices de Thompson y Norton. Otra chelista, Ann Rorich, aparece acreditado en el disco pero Fiacco -que cobró U$S 80 por este trabajo- dice que la mandaron a casa y que él dobló sus partes.
Añadir cuerdas a una canción era arriesgado, ya que el efecto de "grupos de rock con chelos" resultaba a menudo un truco pretencioso y cursi. Para mérito de Norton, las cuerdas -especialmente los violines pizzicato en el estribillo, a los que se unen una pocas y fugaces notas de piano- están sutil y discretamente metidas en la mezcla y el chelo aguanta de forma maravillosa en las desnudas estrofas. Pero lo que realmente hace que las cuerdas funcionen son las guitarras. Apareciendo en grandes y grasientos flujos, crean un persistente contraste con la suave belleza de las cuerdas, enfatizando la temática de la canción de la violencia contra la naturaleza.

¹ La frase de la canción "an underwater guy who controlled the sea"
² Otra frase de la canción "got killed by ten million pounds of sludge from New York and New Jersey
³ Otro extracto de la canción "the creature in the sky"

Fragmento del libro "Doolittle" de Ben Sisario perteneciente a la colección 33 1/3


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